martes, 7 de agosto de 2007

Composición: El día del padre.

Cuando era chico a eso de los 12 años escribí una composición para mi maestra de Lengua. Se acercaba el día del padre y había que escribir sobre el. Yo estaba bastante nervioso y angustiado. Mi padre había muerto 10 años atrás. Es decir, no lo conocía. Mi madre hablaba muy poco de el, por intervalo. Creo que todavía le dolía la herida. Se había casado nuevamente y mis hermanos como si nada aceptaron al nuevo hombre de ñla mejor manera posible. Que triste me sentía el día que nos dieron el deber mientras caminaba por Libertador a casa. Todas las tardes volvía en colectivo con el resto de mis amigos, pero es día quería caminar. Por momentos pensaba en mentir, inventar historias, decir que había sido un gran hombre que la muerte se había llevado injustamente. Declarar que lo amaba, sin embargo no estaba tan seguro de que fuera así. Si no lo conocía, sabia poco de el. Mi siquiera de que equipo de fútbol había sido, nada. Nunca y esto se repitió a lo largo de toda mi vida uve el placer de encontrarme con algún amigo suyo. Nadie se me acercaba y me decía: tu papa era bueno jugando al fútbol o cualquier pequeñez por las que yo estaba atravesando. Nada solo el silencio de su muerte. Como si nunca hubiera existido era un fantasma habitante en álbumes de fotos guardados en un placard. Eso era mi papa: una imagen en una foto. Todos los años el día 27 de Mayo íbamos juntos a misa para celebrar su muerte o algo así. La cuestión es que un momento dado de la ceremonia el cura ofrece la misa a los muertos dando una lista de nombres, los 27 de Mayo sonaba un Ricardo frió y seco. Nosotros llorábamos juntando nuestras manos. Si bien yo lloraba no recuerdo por que era. Quizá la noción de perdida de algo tan esencial o la simple automatización de sentimientos que debemos tener. Un padre muerto es una herida que consciente o inconscientemente nos afecta y nada podemos hacer para sanarla. Siempre estará allí lista para supurar en el casamiento, en los bautismos, etcétera. También faltara por las mañanas a las tardes y a la noche. Aunque, en la rutina es más llevable. Yo caminaba a punto de llora venia solo cuando ya me estaba por entregar a la rabia de no saber que hacer. Viví en El Barrio de la recoleta a pocos metros del cementerio, donde mi papa estaba enterrado. Fui hasta ahí tratando de encontrarme con algo o alguien. Lo mas triste que e paso fue no saber bien donde estaba su tumba, entre todas esa casitas me perdí. Llore mucho sentado en un banco frente a la tumba de Belgrano. En un cementerio supongo no es tan extraño encontrar gente llorando hasta debe ser lo mas lógico. Igualmente un hombre amablemente se acerco a mí. Preguntaba si lloraba sobre la tumba de alguien querido. Cuando vio que estaba frente a la tumba del prócer se llevo una sorpresa. Que habrá pasado por su cabeza. Le explique las cosas diciendo que no sabía donde habían enterrado a mi papa. El viejo se entristeció mas de la cuenta su compasión se transformo en tristeza y lloro conmigo. Después de un rato compartiendo lágrimas me hablo de su vida. Había sido arquitecto y un hombre de familia, tenia nietos, los hijos todos casados y hacia dos años había perdido a su mujer. Su voz era tan tranquilizadora que me prohibía por más extraño que fuera desbocarme, me enfocaba hacia la cuestión. Por primera vez pensaba en la herida, en la ausencia de mi papa y de lo que me dolía no tenerlo cerca. No se entrometían mis diatribas de adolescente o un masoquismo obligatorio por haber perdido a mi papa. Era distinto a aquellas veces que me tiraba en la cama a escuchar in My Life castigándome para que llorara a sentirme una mala persona porque no pensaba en papa. Porque dejaba que otro hombre tomara su lugar. No esta vez no era así, lloraba porque lo quería, porque lo extrañaba y tenía tantas ganas de conocerlo. El viejo, se llamaba Raúl, me acompaño hasta la puerta de casa después de haberme comprado una coca. Lo volví a ver varias veces por el barrio y siempre me sonreía. Caminaba como un ciervo con elegancia delicadamente eligiendo el espacio ha ocupar. Tenía una tranquilidad etérea casi angelical.
La noche que me senté a escribir sobre papa, a pesar de que la profesora me había dicho que no tenía que hacerlo, describí una foto. El estaba con la camisa abierta jugando con el perro y mi hermano mayor en el jardín de San Luis. Yo quería decir que el de la foto había sido yo, pero no lo hice. Nunca tendré en mi memoria un recuerdo de mi papa. Solo sabré datos que juntare a o largo de mi vida, aun así se que vive dentro de mi. Por qué yo soy quien soy por el, por mi madre por mis hermanos incluso por el marido de mi. mama, por todos los hombres y mujeres con los que me he cruzado en esta vida lo cual me da derecho a amarlos. Hasta podría nombrar algunos escritores que lograron conmoverme, músicos, etcétera. Soy una mezcla de hechos, personas y todas las reflexiones que surgen en mí sumadas a la marea de sentimientos que provocan.

viernes, 3 de agosto de 2007

Moriyama

Perdonen los errores gramaticales y ortográficos (me dio paja corregirlo y no tuve tiempo)

En la cama del hotel me acuesto inhalando la ultima pitada de cigarrillo. A mi derecha sobre una mesita de luz esta el cenicero, entre las cenizas un paquete de forro y dos colillas. La de ella esta manchada de lápiz labial, contornea el filtro blanco la comisura de sus labios. La unica luz del cuarto es esa pequeña lamparita que yo tuve la decencia de prender. Porque ella me dijo que andaba acostumbrada a caminar en la oscuridad. Queria honestamente hacerla pasar un buen rato, aparte obviamente de darle unas pelas para comer. Sabia bien que no hacia mucho la habian internado por un tema de drogas por lo cual no habia juntadomucho dinero esas semanas. Se llama Mara o asi dice, creo que el nombre le sienta. Tiene cara de Mara, aunque npo deberia confiar tanto en mis instintos de borracho. Ya de chico tenia la costumbre de relacionar los nombres con sus portadores. Los nombres pueden decir mucho o absolutamente nada. Sin embargo, nadie puede negar que es el primer acto que influencia nuestras vidas. El parto es otra cosa, es una expulsion fisiologica de un cacho de carne viviente o no que ya no se puede albergar mas. La eleccion del nombre es otra cosa, requiere un esfuerzo por vago que sea. La cuestion es que Mara estaba en el baño y yo en la cama. La luz del baño era blanca y se filtraba por debajo de la puerta. Ella se movia de un lado a otro buscando en la cartera sus remedios. Por dios Mara, como podes creer que soy tan ingenuo o peor inocente. Con ella siempre jugamos, yo me hago pasar por un amante obediente, atento y ella simula amarme. Me gusta, necesio de vez en cuando algo para abrazar, mirar a los ojos. Que me mientan o no al menos existe la ilusion de verlos. Veo vida en ellos. Mara es bonita, quiza demasiado para tenr que pasarse todas las noches en la calle. Por mas que simpatizo con su situacion nunca permitiria que se acaben las putas en este mundo. Hablo de las que cobran, de esas que van diirecto al grano. Su profesion es la encarnacion viva, capitalista de la miseria humana. Somos miserables me digo al mirar el rojo en el cigarro, las cenizas, el paquete de forros, oyendo a Mara en el baño aspirando. Sintiendo mi espalda humeda imagino todos los hombres que habra traido a este lugar. Hoy la vi en la calle. Me ignoro completamente supongo que le daba mas verguenza que a mi. Yo iba de la mano de mi hija de tres años a la plaza. Me sente mientras la pequeña jugaba con otros chicos en el arenero. Estaba de malhumor mi ex mujer me habia dado tantas indicaciones haciendome odiarla mas. Hasta que hastiado de odiar imagine a Mara yendo a pagar la cuenta de gas. Me rei, recobre las energias y me acerque a la niña. Jugamoc un rato, la dej con su madre y se puso a llorar. Si la mama no fuese tan idiota hubiese notado cuanto me afectaban las lagrimas de mi hija. Me hubiese permitido encuadrar el momento. Atesorarlo por siempre. Al fin alguien me queria en este mundo. Pero alli estaba ella con sus horarios y programas de Domingo por la tarde. Salia con un notario, yo segun ella no comprendia lo que eso significaba. Claro que no lo se, si ahora despues de haberlas visto tofavia noo comprendo lo que queria decir. Es mas el tono de su voz lo que me irrta, esa superiodad del alma insegura que a encontrado un espacio apacible donde nada ocurre. Se sientan alli a mirar el mundo como si este le s debiera algo. En cambio los tipos cmo yo, los perdedores, debemos mucho. Tanto que ni la muerte alcanza a cubrir nuestra deuda karmica. Esa imbecil siempre arruinandome los momentos. Mara esta a punto de salir y yo la voy a ver apoyar un pie sobre el final de la cama levantando la rodilla corriendo la media negra de nylon por su piel. Cuando lo pienso el fino escalofrio recorre mi espalda. Algo sucede Mara lleva mas de diez minutos ahi dentro. Es coqueta pero no tanto. Como me da pudor andar desnudo recojo mis calzoncoillos de la estufa y voy hacia alla. Carajo porque no hbara mas lz en este uartucho de mierda. Estoy asustado, no me contesta y la loca esta parece capaz de cualquier cosa. Es una forma de vida amorfa que varia constantemente. Hace u rato era mi amamnte y ahora puede convertirse en una loca suicida. Abro la puerta y la vuelvo a cerrar. La luz blanca me pega de lleno en los ojos, los cirro y quedan estelas fosforescente en mi retina. Vuelvo a abrir con valor. Mara esta tirada en el piso con las piernas abiertas. La canilla de la pileta abierta, el espejo roto en pedazos (como no escuche el ruido) Su vestido negro parece hecho de aire, no puede ser tan delgado. Esta muerta, lo se bien. Nada hay que se pueda hacer al respecto. Me visto de a poco como un automata mis movimientos parecen dirigidos por otro.. No pienso ni siento nada excepto: Mara MAra Mara Mara, Preguntarme por que paso esto seria infantil. Hay tantas razones. Desisto de mi parsimonia y voy hasta el telefono. La policia llega y voy hasta la estacion. De entre las cosas personales de Mara hay una carta. No me dejan leerla. De vuelta en mi cama tirado pienso nuevamente en el cigarrilo blanco. Me imagino a Mara saliendo del baño. Esta vez viva, se reproducen im
agenes del pasado en mi cabeza, pero son distintas no el lugar sino la cara de ella. Tiene cara de muerta. Nada mas prometedor antes de empezar una novela es encontrarse involucrado en una historia tan tragica. Con algo tan trillado como la muerte de una prostitua en el baño del unico cliente que la trataba bien. Sospecho que estoy imitando demasiado a otros autores, zumban varios nombres mi cabeza. Los relego y vuevlo hacia mi. A darme seguridad, a convencerme de que no soy un inutil. En cuanto a lo de Mara noto claramente mi inoncencia en todo lo ocurrido. Como diablos podria yo hacer algo. Si, creo que todos estamos conectados, pero a esas conexiones uno las puede ignorar. Es decir, mara asi lo quiso. O No? habra querido decirme algo. Estaba, estoy tan borracho que no me acuerdo. Es probable. No me puedo desligar de esta situacion. Una botella de whisky y a la cama. Tengo que dormir, ya es de dia. Es lunes el notario que se coge a mi ex mujer, aquel que seguramente duerme cada tanto en la que solia ser mi cama se ha ido a trabajar. No me pued dormir asi que bajo a la calle. Un cigarrillo entre el frio. El humo ayuda a despabilar y a disimular el hambre. Llego hasta la misma puerta en la que despedi a mi hijita. La quiero ver. Susana,la empleada, dice que todos se han ido y que ella esta en la casa limpiando. a susana nunca le cai bien. Con el tiempo mimujer y ella se hicieron tan amigas que pelearme con una era ir en contra de las dos. Que ameno es llegara al hogar para putearse con dos viejas putas y mal cogidas. Camino por la avenida Alcala hasta la plaza. Esta desierta nadie juega. Pasan tantoss hombres de traje que adquiere otro tono, no es mas un lugara al que se va un domingo por la tarde, es un lugar de paso los lunes por la mañana.
Subo al metro un moro toca en el tambor el himno de Ghana, el color de su piel hace juego con el naanja del metro, por fin una sonrisa. Se que soy un hijo de puta que se rie de todos y de todo. Porue la verdad las cosas no me afectan. Una mujer se mato en el baño mientras yo miraba un paquete de forros. Como si en esa imagen del humo mesclandoze con el rojo intenso y el griss agrio de las cenizas pudiera estar la clave de la vida. No, la clave la vida estaba en el baño. En las manos ensangrentadas de una drogadicta. ME acuesto en la cama y miro por la ventana. Me voy a dormir no se por cuanto tiempo. Hasta luego.